Un alumno de Biología de la Universidad de Navarra, en la fase final de un programa de la Agencia Espacial Europea

Antonio Leyte asistió en Alemania a la entrega de premios

Antonio Leyte asistió en Alemania a la entrega de premios

9 de marzo de 2007

Antonio Leyte, alumno de 4º de Biología de la Universidad de Navarra, asistió a la entrega de premios del programa "Success" de la Agencia Espacial Europea (ESA), que se celebró el día 15 de marzo en Colonia (Alemania). Tras haber superado la fase inicial, en la que 5.000 participantes presentaron 2.000 obras, su estudio sobre la distribución de los órganos humanos en lugares sin gravedad aspira, junto con otros 49, al primer puesto. El premio consiste en una estancia de un año en el centro de ingeniería espacial de la ESA en Holanda, para preparar las homologaciones y ultimar los detalles antes del lanzamiento. 

En concreto, la propuesta de Antonio persigue analizar en ratones el papel de una estructura imprescindible para los ejes de simetría del cuerpo. "Sin ella se producirían graves enfermedades como el síndrome de Kartagener, que conlleva una mala colocación de los órganos dentro de las personas", destaca. 

De esta forma, examinará en condiciones de microgravedad la evolución de los miembros y la disposición de los órganos durante los primeros estadios de la formación de los embriones de estos animales. 

Reproducción y desarrollo de mamíferos

Aparte de ese síndrome, su aportación podría contribuir a otro ambicioso fin. "Comprender cómo afecta el entorno del Espacio a las fases clave de la reproducción y desarrollo de los mamíferos puede ayudar a mantener la vida más allá de la Tierra en estaciones u otros planetas", declara.

Entre otras técnicas, el alumno empleará la resonancia magnética, que permite ver cortes de objetos sin exponerlos a radiación, sistemas de inmunofluorescencia y microarrays de DNA (biochips), una herramienta de última generación para comparar la expresión de los genes.

Con el programa "Success", la Agencia Espacial Europea pretende iniciar a universitarios de los países miembros de la organización en la investigación espacial, en campos como la observación de la Tierra, la Física y las ciencias de la vida. La competición busca seleccionar uno de los proyectos diseñados por los jóvenes para lanzarlo a la Estación Espacial Internacional, el satélite más grande que se ha construido hasta ahora. Aunque se tardará varios años en finalizarlo, está disponible actualmente como un laboratorio de características únicas: no tiene gravedad, da una visión de todo el Planeta y permite mirar las estrellas directamente, sin la interposición de la atmósfera.