Científicos del CIMA de la Universidad de Navarra investigan una molécula para diagnosticar la cardiopatía hipertensiva

La propuesta de los investigadores busca soluciones para más de 4 millones de pacientes en España

La propuesta de los investigadores busca soluciones para más de 4 millones de pacientes en España
De izquierda a derecha: Carolyn F. Deacon, Javier Díez y Kristian Wachtell.

24 de abril de 2007

Científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra investigan si la cardiotrofina 1, una molécula que es medible en sangre, pudiera utilizarse como marcador diagnóstico de la cardiopatía hipertensiva. Tras estudiar la relación de la molécula con esta enfermedad, los expertos consideran que la cardiotrofina 1 es un medio útil para prevenir o controlar los efectos dañinos en el corazón de pacientes con esta patología, que en España superan los 4 millones y suponen la mitad de los 8 millones de hipertensos.

La investigación sobre esta enfermedad cardiovascular fue abordada hoy durante el transcurso del congreso internacional Frontiers in Translational Research of Cardiovascular Diseases, celebrado en el CIMA, y en el que han participado decenas de científicos españoles, alemanes, británicos y daneses.

En la actualidad, este tipo de enfermedades constituye la primera causa de consulta médica, hospitalización y muerte en el mundo. Como se prevé que su frecuencia aumente en las próximas décadas, para disminuir su impacto los expertos proponen aplicar cuanto antes los últimos avances biomédicos y biotecnológicos al diagnóstico, prevención y tratamiento de estas patologías.

El Dr. Javier Díez, director del área de Ciencias Cardiovasculares del CIMA y coordinador del área de Cardiología Molecular de la Clínica Universitaria de Navarra, explicó una ventaja especial de la cardiotrofina 1: "Como interviene en las fases más tempranas de la cardiopatía hipertensiva, si actuamos sobre ella podremos prevenir complicaciones como insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular, infarto cerebral (ictus) o la muerte del paciente".

Los ponentes también abordaron aspectos de la hipertensión arterial, que afecta a más del 25% de la población adulta. Por ejemplo, revisaron los avances en el diagnóstico y el tratamiento de las lesiones que esa patología produce en el corazón, el cerebro y el riñón, y que la convierte en la primera causa de problemas como insuficiencia cardiaca, demencia vascular e insuficiencia renal, respectivamente. Asimismo, estudiaron el impacto nocivo de la diabetes y la obesidad sobre el corazón y las arterias. En este sentido, se presentaron "avances farmacológicos que pueden suponer una revolución terapéutica", según el Dr. Díez. Por último, hablaron de aterosclerosis, la enfermedad más común y con peores consecuencias. Se analizó el empleo de biomarcadores para detectar precozmente un futuro infarto (de miocardio o cerebral) y la terapia celular para minimizar sus consecuencias.

Entre los científicos asistentes destacaron la Dra. Carolyn F. Deacon, del Panum Institute de la Universidad de Copenhague; o el Dr. Kristian Wachtell, del Centro del Corazón del Rigshospitalet, también de la capital danesa.