Nueva molécula para el tratamiento del ictus
Investigadores del CIMA de la Universidad de Navarra demuestran que la MMP-10 disuelve los trombos causados por esta enfermedad vascular
16 de enero de 2012
Científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra han descubierto que una molécula, la MMP-10, es capaz de disolver los trombos causados por el ictus. Los resultados de este estudio, realizado en colaboración con investigadores de la Unidad de Neurociencias de Caen (Francia) y de la Universidad de Washington (EEUU), se han publicado en el último número de Circulation, la revista más importante en el ámbito cardiovascular.
"El ictus isquémico es una enfermedad vascular causada por la aparición de un coágulo en una arteria principal del cerebro que impide el flujo sanguíneo, lo que provoca de forma súbita una lesión cerebral. En función del área del cerebro afectada pueden producirse síntomas diferentes, como dificultad para andar, mareo, pérdida de equilibrio ocoordinación, parálisis de una extremidad y problemas del habla o del lenguaje", explica el Dr. José Antonio Páramo, director del Laboratorio de Aterosclerosis e Inflamación del CIMA.
El ictus representa un problema con gran repercusión clínica por ser una causa importante de mortalidad y morbilidad. En España la mortalidad relacionada con esta enfermedad se estima en un 27% en los varones, mientras que en las mujeres alcanza un 31%. "Más allá del problema clínico agudo se encuentra la discapacidad permanente, que supone una drástica reducción en la calidad de vida y conlleva un elevado coste social y económico. Se prevé que la tasa de ictus aumentará en los próximos años, como consecuencia del envejecimiento de la población y la elevada prevalencia del tabaquismo y la hipertensión arterial".
Una vez diagnosticado el ictus isquémico agudo, su tratamiento consiste en la administración precoz (en las 4 primeras horas tras el inicio de los síntomas) de fármacos capaces de disolver el coágulo, como el t-PA. Sin embargo, este medicamento no está exento de efectos secundarios, como el riesgo de hemorragia cerebral. "En nuestro trabajo, realizado en modelos experimentales de ictus isquémico, hemos demostrado que la MMP-10 es tan eficaz como el tratamiento convencional a la hora de reducir el tamaño del infarto y, además, su riesgo de sangrado es 30 veces menor. Estos resultados abren nuevas perspectivas terapéuticas para los pacientes con ictus", explica la Dra. Josune Orbe, investigadora principal del estudio.
Las investigaciones se encaminan ahora a analizar si la combinación de MMP-10 con dosis reducidas del fármaco convencional consigue el mismo efecto, pero con menos complicaciones hemorrágicas. Asimismo, se van a iniciar estudios preclínicos que determinen si esta nueva molécula puede representar una alternativa terapéutica eficaz en los pacientes con ictus, para reducir la mortalidad y discapacidad relacionadas con esta patología vascular cerebral.
La investigación ha contado con la financiación de la Fundación para la Investigación Médica Aplicada, los Ministerios de Sanidad y Ciencia e Innovación, y la Red Temática de Investigación Cooperativa en Enfermedades Cardiovasculares (RECAVA).