Una proteína clave en el desarrollo de los linfomas más agresivos

Investigadores del CIMA de la Universidad de Navarra demuestran que la proteína FOXP1 participa en la respuesta inmune y en los linfomas B

Investigadores del CIMA de la Universidad de Navarra demuestran que la proteína FOXP1 participa en la respuesta inmune y en los linfomas B
Los doctores José A. Martínez-Climen y, Sergio Roa.

24 de mayo de 2013

Científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra han demostrado el papel de una proteína en el correcto ensamblaje de la respuesta inmune y su implicación en el desarrollo de un tipo de linfoma  agresivo. Los resultados se han publicado en Blood, la revista científica de la Sociedad Americana de Hematología y la que tiene el mayor factor de impacto en el campo de la hematología oncológica.

La expresión de la proteína FOXP1 se desregula frecuentemente en linfomas, pero se sabe muy poco de su función biológica exacta o de su papel en la progresión de los linfomas. "Por ello, nos propusimos profundizar en la relevancia funcional de esta proteína en los linfocitos B e investigar su papel oncogénico en la célula de origen de la mayor parte de los linfomas: la célula B de los centros germinales", explican los doctores Sergio Roa, Ainara Sagardoy y José Ignacio Martínez-Ferrandis, investigadores del CIMA y autores principales del trabajo, dirigido por el Dr. José A. Martínez-Climent.

Para crear una respuesta inmune eficiente, los linfocitos B se reorganizan en microambientes especializados en los centros germinales, situados en el bazo y los ganglios linfáticos. "Nuestro trabajo confirma que FOXP1 es un factor clave en la regulación de estos procesos y en la propia formación de los centros germinales. Además, hemos descubierto que participa directamente en la respuesta inmune humoral, regulando procesos de proliferación, diferenciación y reparación de ADN que tienen lugar en los centros germinales y que aparecen alterados frecuentemente en los linfomas más agresivos. Por lo tanto, esta proteína puede ser una diana terapéutica selectiva para un subgrupo de linfomas B que actualmente carece de tratamiento curativo". Dado que más de la mitad de los linfomas B se generan a partir de células del centro germinal, los resultados podrían tener una repercusión en el manejo clínico del linfoma más frecuente, el linfoma difuso de células grandes. Son datos moleculares preclínicos en los que hay que seguir profundizando.

Los investigadores del CIMA han desarrollado este trabajo conjuntamente con el Dr. Ignacio Pérez Roger, de la Universidad Cardenal Herrera-CEU en Valencia. Además, han contado con la colaboración del grupo del profesor Ari Melnick, de la Universidad de Cornell, en Nueva York. "Este proyecto forma parte de una estrecha colaboración científica y tecnológica entre los tres centros".

Sexto cáncer más frecuente

Los linfomas B representan el sexto cáncer más frecuente en los países desarrollados. A pesar de agruparse como una única enfermedad, constituyen un grupo heterogéneo de tumores variados que presentan distintas características biológicas y diferente evolución clínica. "En la actualidad, alrededor del 60% de pacientes con linfomas B consigue la curación con los tratamientos disponibles. Sin embargo, algunos tipos de linfomas, como el linfoma difuso de células B grandes con fenotipo activado, son resistentes a los tratamientos actuales, por lo que es necesario disponer de nuevas terapias. Nuestro grupo trata de identificar las proteínas clave para la supervivencia tumoral en estos linfomas agresivos, con la finalidad de desarrollar fármacos que selectivamente puedan eliminar dichas células tumorales. Pensamos que FOXP1 podría ser una de estas proteínas "diana" para el linfoma difuso de células grandes, que representa alrededor del 35-40% de todos los linfomas de células B", explican los doctores Sagardoy, Martínez-Ferrandis y Roa.