El papel de la genética en nuestra salud
La Dra. Ana Patiño, investigadora del Cima y Directora de la Unidad de Medicina Genómica de la Clínica Universidad de Navarra, explica cómo los hábitos de salud y estilos de vida pueden afectar a la expresión de los genes. Aborda el papel de la genética en el desarrollo de tumores pediátricos y los avances en terapias personalizadas. Además, subraya el futuro de la medicina personalizada y cómo esta transformará el tratamiento de enfermedades.
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La Dra. Ana Patiño, investigadora del Cima y Directora de la Unidad de Medicina Genómica de la Clínica Universidad de Navarra.
Sabemos que la genética juega un papel fundamental en nuestra identidad y salud. ¿Cómo influyen los genes en quiénes somos?
Ana Patiño (AP): Los genes son como el libro de instrucciones de un mecano muy grande y complejo que es nuestra identidad, salud, enfermedad, aspecto y riesgos. Los genes que heredamos y vamos a transmitir a nuestros hijos, pueden expresarse o no, y por tanto sus efectos manifestarse o no, y diferentes hábitos de salud y estilos de vida pueden afectar a cómo los genes se expresan, o si se expresan, o cuándo. Es como si a todos nos hubieran dado el mismo libro genético, o muy similar, pero, como cuando nos leemos un libro de verdad, el resultado de la lectura va a ser muy diferente entre las diferentes personas.
¿Hasta qué punto nuestros genes determinan nuestro destino en términos de salud? ¿Hay margen para cambiar lo que está escrito en nuestro ADN?
(AP): Depende de muchas cosas: la función del gen, la vía en la que participa, el tipo de herencia y un término que se denomina "penetrancia" que es como la "fuerza" del gen sobre el fenotipo, podría ser la probabilidad de, teniendo una determinada alteración genética, manifestarla a una determinada edad. Se expresa en porcentaje y da idea de la probabilidad de tener la clínica que indica el gen. Pero es verdad que hay una parte de nuestra salud y enfermedad, o nuestro aspecto, que está enormemente condicionada por la genética, otra parte, la podemos modificar, parte a voluntad y parte por la propia vida, ajena a nuestros deseos.
Los factores ambientales ¿tienen algún efecto en las mutaciones? ¿pueden desencadenar o prevenir enfermedades? ¿Y podemos hacer algo por evitarlo?
(AP): De nuevo, depende de lo alta que sea la penetrancia, a veces es muy difícil modificar la expresión de un gen; sin embargo, todos entendemos que los buenos hábitos de vida van encaminados a mantener la salud o a recuperarla o a condicionar o rebajar los efectos que nos manda el gen. Hay que entender que hay muchísima de la función de los genes que no conocemos en la actualidad; de hecho, solo tenemos un escenario "medio claro" para un 2-3% del total de nuestro ADN, ¡esta es una ciencia en desarrollo! Otro concepto importante es la herencia multigénica o poligénica (varios o muchos genes jugando un rol sobre el mismo aspecto de la salud) o multifactorial (los genes haciendo su función sobre uno o varios escenarios medioambientales diferentes). El tan mencionado "exposoma", todas las exposiciones externas junto con el genoma de cada individuo.
En el caso de los tumores sólidos pediátricos, ¿qué papel juega la genética en su desarrollo?
(AP): Pues es muy diferente en los diferentes tipos de tumores. Todos los tumores, de niños y de adultos, son enfermedades genéticas, pero una minoría de ellos son también enfermedades hereditarias. En muchos conocemos las alteraciones que hacen que el tumor se desarrolle, en otros esto es mucho más heterogéneo y los tumores tienen un patrón genético que es casi particular de cada enfermedad... los escenarios son muy diferentes. Es verdad que es fundamental identificar los niños que tienen tumores hereditarios, porque el escenario pasa de ser solo el niño a ser la familia y porque se pueden implementar medidas de vigilancia, seguimiento y tratamiento para reducir en ellos los riesgos y mejorar su salud.

¿Se está utilizando la información genética para investigar y desarrollar terapias más efectivas contra los tumores sólidos pediátricos? ¿Qué avances han logrado en este campo?
(AP): Muchas veces las alteraciones genéticas actúan como ojales que se abren en las células tumorales, por las que podemos meter "botones" terapéuticos, de modo que sólo las células, los tumores y los pacientes que tienen esos ojales se beneficiarán de esos tratamientos personalizados. Otras veces las alteraciones son como "velcros" en que las mutaciones genéticas hacen que las células tumorales se peguen o sean atraídas por células del sistema inmune, lo que es muy buena idea para tratar el cáncer, la inmunoterapia. En realidad si consiguiéramos que el sistema inmune del paciente reconociera el cáncer como el monstruo genéticamente diferente que es, gran parte del problema estaría resuelto. En nuestro grupo, por ejemplo, utilizamos virus que, pinchados en el tumor hacen el doble papel de que producen la muerte de las células del tumor de forma directa y, además, al tratarse de una infección viral, atraen linfocitos que van a resultar en en una respuesta inmune antitumoral.
¿Qué papel va a tener la genética y la medicina personalizada en el tratamiento de enfermedades en el futuro?
(AP): En mi opinión será un cambio radical. Para empezar, en muchas enfermedades cuya base genética se conoce se podrá utilizar la transferencia de un gen "normal" mediante terapia génica, o corregir el que está dañado por mecanismos de edición génica. Además, habrá muchas terapias o fármacos en el cáncer basados directamente en la genética del tumor, lo que en realidad ya se está haciendo con las terapias CAR-T, en las que se utilizan linfocitos modificados para dirigirse a marcadores que se expresan únicamente o preferentemente en el tumor. Los ensayos clínicos en cáncer y en otras enfermedades seleccionan a los pacientes ya en la actualidad en base a marcadores que son marcas genéticas y no hay que olvidar que, en ficha técnica, muchos fármacos que nos prescriben en la actualidad hay que darlos, no darlos o ajustar la dosis en pacientes concretos, en base a su genética. Es la farmacogenética: dar el fármaco adecuado, al paciente adecuado, en la dosis adecuada en base a su patrimonio genético.