La presencia de mutaciones inducidas por el tratamiento podría detectar precozmente segundas neoplasias en pacientes con mieloma
Investigadores del Cima Universidad de Navarra sugieren, en cambio, que su utilidad es limitada en el momento del diagnóstico

15 de abril de 2025
En la actualidad, la supervivencia de los pacientes con mieloma múltiple ha mejorado notablemente. Sin embargo, la exposición prolongada a tratamientos continuo se ha relacionado con la aparición de segundas neoplasias en pacientes con este tipo de cáncer, lo que con frecuencia lleva a una interrupción temprana de la terapia y a una reducción en la supervivencia.
Investigadores del Cima Universidad de Navarra, integrados en el Cancer Center Clínica Universidad de Navarra, han analizado mutaciones presentes en células madre hematopoyéticas antes, durante y después del tratamiento. “El objetivo de este estudio fue determinar si la detección de mutaciones de alto riesgo podría ayudar a individualizar el manejo de los pacientes y reducir así el riesgo de segundas neoplasias inducidas por el tratamiento. Para ello, a través de técnicas de separación celular y de secuenciación de última generación, analizamos un panel de genes mieloides en 555 muestras de pacientes pertenecientes al Grupo Español de Mieloma (GEM-PETHEMA)”, explica el Dr. Bruno Paiva, investigador principal del Grupo de Inmunómica Traslacional en Neoplasias Hematológicas del Cima Universidad de Navarra.
Este estudio demostró una frecuencia y fluctuación inesperada de células mutantes. “Casi la mitad de los pacientes con más de 65 años tenía una hematopoyesis clonal (acumulación de mutaciones en las células sanguíneas). En los pacientes más jóvenes, también se alcanzaba esta cifra tras el trasplante. La presencia del gen TP53, que conlleva un riesgo elevado de desarrollar segundas neoplasias mieloides inducidas por la quimioterapia, era del 1% al diagnóstico y ascendía al 7% durante el mantenimiento”. Sin embargo, la presencia de estas mutaciones no tuvo un efecto perjudicial sobre la supervivencia de los pacientes, ni se encontró una asociación entre la detección de mutaciones y el desarrollo de segundas neoplasias. Los resultados se han publicado hoy en Blood Cancer Discovery, revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer.
Herramienta predictiva
Si bien estos hallazgos no respaldan el uso del cribado genético en el momento del diagnóstico, el trabajo sugiere que debe evaluarse su posible aplicación personalizada durante el tratamiento, como herramienta para predecir el riesgo de neoplasias secundarias. “Por ejemplo, durante la aplicación de CAR-T que, pendiente de confirmación, podría estar asociada a un mayor riesgo de desarrollar estas neoplasias derivadas del tratamiento”, apunta el Dr. Bruno Paiva. Además, la tasa sorprendentemente elevada de pacientes con hematopoyesis clonal abre nuevos horizontes sobre su posible rol en el origen y desarrollo del mieloma múltiple.
El estudio, realizado en el marco del CIBER de Cáncer (CIBERONC), ha contado con financiación pública del Instituto de Salud Carlos III. Por su parte, ha recibido la ayuda de instituciones privadas como la Riney Family Foundation y de la Asociación Española Contra el Cáncer (proyecto EDITOR).
Referencia bibliográfica
• https://aacrjournals.org/bloodcancerdiscov/article/doi/10.1158/2643-3230.BCD-24-0274